10.16.2010

La fotografía como identidad de Alejandro Cartagena

Por: Gabriel Medina Glez.

Vecino de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, Alejandro Cartagena (1977, República Dominicana) se considera un “productor flexible” en el mundo de la fotografía. Con extenso conocimiento sobre las implicaciones de su labor, nos conduce por reflexiones en torno al paisaje urbano fotografiado; todo aquello que nos define y nos da identidad como sociedad. A propósito, también nos habla de “Suburbia mexicana”, uno de los trabajos que lo han marcado como creador.


-En términos generales, cómo asumes tu trabajo en la fotografía.

Yo trato de hacer muchas cosas, fotográficamente hablando. Últimamente he estado trabajando más la cuestión del paisaje urbano… pero no creo que una manera de producir, temáticamente o formalmente, ya sea tipo de cámara o impresión, sea la más correcta; sino que para mí la fotografía es una herramienta, y que cada proyecto me va a pedir una cosa u otra. Entonces, empezando por ahí, yo me considero un productor más flexible. Lo que sí es que cada vez estoy más convencido de hacia dónde quiero ir con la foto: es de alguna manera llevarla a que genere comentarios sobre quiénes somos como seres humanos; cuáles son esas decisiones que tomamos y cómo esas decisiones políticas, económicas, sociales, culturales, se ven reflejadas en nuestro mundo, ya sea en las mismas personas por medio del retrato o en el paisaje natural, así como en el paisaje urbano. Yo ando buscando eso: ¿cómo descifrar de manera visual, cómo estamos construidos como cultura, qué nos hizo ser como somos ahorita en el siglo XXI? Esa es mi preocupación general y, te digo, lo hago a través del paisaje, el retrato, el retrato armado…he hecho muchos proyectos y salto de una cosa a otra.

-Y particularmente el paisaje urbano qué te ha dejado dentro de tu trabajo, qué implicaciones para ti tiene este espacio, en ocasiones atiborrado de elementos, de situaciones especiales...

El paisaje urbano es como el sujeto perfecto para entender quiénes somos. Ahí vas a encontrar de todo: las decisiones políticas y económicas, aspectos culturales y diferencias sociales. En él vas a encontrar lo que somos. Ya más del cincuenta por ciento del planeta vive en zonas urbanas, entonces, qué mejor lugar para entendernos a nosotros mismos.

Fotos por: Generador

-Si a través del paisaje urbano podemos encontrarnos, ¿de lo que has estado trabajando qué nos permite entender lo que somos?

He estado enfocado en la cuestión del crecimiento urbano como un fenómeno que nos demuestra nuestros ideales, nuestros deseos como seres humanos… también la cuestión del poder económico, la necesidad de depender de la economía y del dinero, no en una cuestión de que quiero ser idealista ni mucho menos, más bien creo que necesitamos como sociedad y como mexicanos, de alguna manera, darnos cuenta de cómo hemos transformado nuestro espacio. Y en ese ‘darnos cuenta’, tal vez nos encontremos y tomemos mejores decisiones en un futuro de cómo conformar nuestros espacios. Es una esperanza idealizada, pero no me quiero divorciar de pensar que puedo idealizar mi mundo, que puedo tal vez hacer algo… Mi herramienta es visual, no soy un especialista o urbanista, ni antropólogo ni sociólogo, pero sí me valgo de esas ideas, de esas teorías, para plantear mis imágenes: hacer visibles cosas que están ahí pero que normalmente no vemos, porque creemos que nos naturales; al fotografiarlas, creo que de una u de otra manera convertirlas en reales y visibles.

-Siguiendo en esta línea, ¿hacia dónde crees que se dirige este tipo de fotografía?

El paisaje urbano se ha vuelto muy popular en la producción fotográfica nacional e internacional. Creo que hay muchos problemas que acoge el acercarte a este paisaje como tema fotográfico. Uno de los temas principales es que los fotógrafos se aproximan de manera muy superficial. Se están quedando en que el aporte artístico de ellos es el encontrar “chistes” visuales… yuxtaposición de cosas que son como muy irónicas, muy mexicanas, muy latinas… El ejercicio actual de muchos productores no es descifrar cómo llegamos ahí (al estado actual de las ciudades), más bien, pareciera que sus ejercicios se centran solamente en encontrar los chistes visuales. Y pues, la verdad, eso se viene haciendo desde los años cincuenta del siglo pasado y creo que estamos listos para hacer imaginarios más críticos y/o analíticos.

Yo creo que debería dirigirse, precisamente, a entender cómo llegamos a eso. Que tú de alguna manera, como fotógrafo, tengas esa conciencia de que no puedes nada más fotografiar la superficie… nunca vamos a no poder fotografiar la superficie, claro, pero puedes fotografiar lo que hizo que ese chiste visual sea visible. Entonces, yo creo que el pasaje urbano tiene que orientarse más hacia la investigación de los procesos urbanos, de las decisiones, como ya te dije, económicas, políticas, etc.; del entramado social que lleva al paisaje urbano a ser como es y, al mismo tiempo, en ese ejercicio, llegar a conocer mejor quiénes somos y tal vez, entonces, encontrar las decisiones para mejorar. Por ahí, en mi particular visión, me gustaría ver mucho trabajo fotográfico del paisaje urbano.

-¿Situación que no sucede?

Sí hay fotógrafos que están haciendo brecha, arriesgándose muchísimo en cómo abordarlo… Definitivamente sí hay.

Lo que pasa es que yo ceo que existe un rezago en el sentido de para qué sirve la foto; esa idea de que sirve sólo para denuncia o para demostrar esas ironías de la sociedad… Tenemos ese rezago ahí en la fotografía urbana y pues es algo que yo creo que nunca va a desaparecer, porque además hay mucho que ver y hay bastantes cosas irónicas que hay que fotografiar. Pero creo que se puede hacer todavía más.

Fotografía por: Alejandro Cartagena

-¿Cuál ha sido el que te ha dejado más satisfacciones?

Terminé en el 2009 un proyecto que se llama “Suburbia mexicana”, que trabajé desde el 2006. Es un proyecto que me ha abierto muchísimas puertas, tanto para exposiciones, publicaciones, reconocimientos en México y en el extranjero. Este proyecto de alguna manera está marcando la manera en la que estoy produciendo que es: buscarle todos los lados a una idea, para generar un punto de vista que puede ser claro pero al mismo tiempo complicado; estéticamente y conceptualmente fuerte.

-¿En qué consiste?

Empecé con una exploración para representar un paisaje alterado por los nuevos desarrollos habitacionales que se están dando en todo México; ver cómo el paisaje está siendo transformado por las casas que se construían en la periferia de las grandes ciudades mexicanas. Me concentré con lo que estaba más cerca a mí como Monterrey y la Zona Metropolitana. Después de eso me di cuenta, precisamente, que estaba haciendo un ejercicio superficial. Empecé a explorar otros caminos y a hacerme preguntas como: ‘y bueno, ¿qué es lo que hace que esto suceda y qué trae como consecuencias?’ Fue entonces que realmente comencé un proyecto mucho más arriesgado, mucho más en tono con lo que considero que debe ser la fotografía contemporánea.

Lo primero que empecé a ver es que si hay una construcción en algún lugar, algo se está muriendo, y comencé a fotografiar el centro de Monterrey donde hay muchísimas casas que se están deconstruyendo; están dejando lotes baldíos por todas partes con señales de que ahí antes había algo. Me interesó hacer ese diálogo entre la construcción y la deconstrucción. Después de eso me pregunté: ‘bueno, a este crecimiento urbano en el área metropolitana de Monterrey, semidesértica, ¿cómo le van a llevar agua?’… Comencé a fotografiar las presas y a buscar los ríos que llevan el agua a esas presas. Me di cuenta que los ríos se han ido secando para contener agua en las presas que a su vez nos dan agua a toda la población. Entonces fotografié a estos, yo les llamo “ríos perdidos”, como referencia al bienestar urbano; para que estemos bien algo otra vez tiene que morir. Y después de eso me empecé a preguntar: ‘¿será la única manera de urbanizar en la periferia?... ¿Cómo urbaniza la gente con poder adquisitivo?’ me interesó hacer una comparación porque en el momento que iba a sacar este trabajo al público, yo necesitaba poner un punto de referencia para que se entendiera que el tipo de crecimiento urbano, que se estaba dando en la periferia, no era el único modelo que se da en México. Entonces fotografié un modelo de urbanización totalmente opuesto al que se está dando en la periferia.

La última parte del proyecto tenía que ver con cómo esas casas que fotografié, hace cuatro años, habían sido transformadas por sus habitantes. Son casas genéricas y me interesaba ver cómo la gente a pesar de que le dan algo genérico lo tiene que convertir en suyo; lo tienes que humanizar. Fotografié cómo la gente transformaba su espacio, en el municipio de Juárez, uno de los nueve de la zona metropolitana de Monterrey. Y además de eso, me interesó ver esas cosas que tenían que sobrellevar para vivir ahí, por ejemplo: la gente que transforma su casa para protegerla… cómo llegan a su casa: gente que camina mucho después de bajarse del camión con el mandado… cómo se divierte: van a los molles, van a Wall Mart de paseo porque hay clima… Fotografié a la gente no por cómo viven sino por lo que hace referencia a los problemas que tienen que vivir, día a día, para poder sobrevivir en estas adversidades.

Fotografía por: Alejandro Cartagena

-¿Qué efectos quieres producir con este proyecto?

Al hacer este trabajo me di cuenta de la idea del paisaje como identidad. De alguna manera al fotografiar estos nuevos paisajes, planteo poder generar en la gente que los vea un nuevo rasgo de identidad. Espero que con el tiempo se convierta en una historia alternativa sobre cómo somos los mexicanos a principios del siglo veintiuno.

No hay comentarios: